La epistaxis es comúnmente conocida como hemorragia nasal, ya que se trata de sangrados de la mucosa nasal.

Se trata de una situación frecuente y puede llegar a ser grave. Existe una clasificación de acuerdo con su origen anatómico, que nos ayudará a definir la atención que requiere.

Epistaxis anterior: el sangrado ocurre en la mucosa de la región anterior del tabique nasal y puede darse por una o ambas fosas nasales. Este sangrado es el más frecuente y en ocasiones es autolimitado y en otras puede tratarse con medidas locales como cauterización o taponamiento nasal.

Epistaxis posterior: es menos común pero este sangrado suele tener su origen en la zona posterior de la mucosa nasal. Se trata de sangrados de mayor gravedad y en ocasiones de difícil control. Requiere taponamiento nasal posterior y tratamiento de acuerdo con las características de cada paciente, incluyendo revisión y cauterización bajo visión endoscópica.

Existen muchas razones por las cuales puede originarse una epistaxis, las más frecuentes son:

  • Traumatismos
  • Exposición a sustancias tóxicas o irritativas
  • Rinitis o rinosinusitis crónica
  • Lesiones por limpiarse la nariz con demasiada fuerza
  • Hipertensión arterial sistémica.
  • Cirugía reciente
  • Ingesta de AINES (antiinflamatorios no esteroideos, como el ácido acetilsalicílico).
  • Malformaciones vasculares.

En algún momento de la vida, la mayor parte de la población llega a sufrir algún episodio de epistaxis, algunos casos requieren atención médica para su tratamiento y control. Cuando el episodio de sangrado es frecuente, abundante y no cede con taponamientos caseros, se debe considerar atención otorrinolaringológica.

¿Has tenido algún sangrado nasal que te preocupe?

No dudes en asistir a consulta.